ESTE ES EL MOMENTO DE DECIR, TODO LO QUE HE PASADO

 

ESTE ES EL MOMENTO DE DECIR, TODO LO QUE HE PASADO

 

En la oscuridad de la noche, cuando el mundo parece estar envuelto en silencio y sombras, hay quienes luchan con una batalla interna que va más allá de lo que los ojos pueden ver. Son aquellos que enfrentan terrores nocturnos, una experiencia que puede ser tan aterradora como desafiante. Pero en medio de la oscuridad, descubrí una luz interior que me llevó a través del abismo del miedo hacia la fuerza y la valentía.

Mi historia comienza en las profundidades de la noche, cuando el silencio es interrumpido por los gritos de terror que brotan de lo más profundo de mi ser. Durante años, me vi atrapada en un ciclo de pesadillas y terror nocturno que parecía no tener fin. Cada noche era una batalla por mi cordura, una lucha desesperada por encontrar paz en medio del caos.

 

Pero en medio de la oscuridad, encontré una chispa de esperanza que me impulsó a seguir adelante. Decidí enfrentar mis miedos de frente, en lugar de dejar que me consumieran en la oscuridad. Con valentía y determinación, comencé un viaje de autodescubrimiento y sanación que cambiaría mi vida para siempre.

 

El camino hacia la recuperación no fue fácil. Hubo momentos de desesperación y duda, momentos en los que sentí que la oscuridad me consumiría por completo. Pero en cada paso del camino, descubrí una fuerza interior que no sabía que poseía. Aprendí a enfrentar mis miedos con coraje y a abrazar mi vulnerabilidad con compasión. 

 

A medida que avanzaba en mi viaje de sanación, también descubrí la importancia de pedir ayuda. Me aferré al amor de DIOS, a cada palabra que me acercará más a él, a una paz que llegó con la fe de sentirme amada y custodiada. Con su ayuda, encontré el coraje para enfrentar mis demonios internos y liberarme del ciclo de terror que me había atado durante tanto tiempo. Yo padecí estos episodios sola, porque sentía que era una lucha que me tocaba vencer a mí misma. Hoy muchos podrán entender la razón de mi lejanía, mientras algunos pensaban que yo no quería estar, había una sensación que me alejaba de lo que un día me hizo feliz. No sé si me equivoqué al no pedir mucha ayuda, pero; las pocas veces que lo hice las cosas no fueron tan rápidas, todo es lento para atender los problemas de salud mental ¿Cómo dice uno que siente demonios en su vida? Yo no pedí ayuda humana, yo me aferré a la ayuda espiritual y esta nunca me abandonó.

 

Hoy, puedo decir con orgullo que he superado mis terrores nocturnos y he encontrado una paz que nunca creí posible. Mi experiencia no solo me ha hecho más fuerte, sino que también me ha enseñado la importancia de la compasión y el autoamor en el proceso de sanación. Si alguna vez te encuentras luchando con tus propios terrores nocturnos, recuerda que tienes el poder dentro de ti para encontrar la fuerza y el coraje para seguir adelante. No estás solo en esta batalla, y juntos, podemos superar cualquier desafío que la vida nos presente.

 

Justo en este momento, luego de abanderarme en situaciones de liderazgo personal, una llovizna de inspiración interior me pide que exteriorice este sentimiento. Muchas veces he intentado escribirlo, pero no había encontrado el valor para publicarlo. 

 

Si tengo que llamar a algo la etapa más dura de mi vida, es esta. Esto es lo más duro que he tenido que afrontar. No saber que me estaba pasando, si era real o si me estaba volviendo loca.

Hay un aire de frescura y soltura en mi interior, que me pide exteriorizar estas palabras. Quizás es el llamado a una nueva vida que me abraza, los pasos a un mundo nuevo que pide seguir siendo yo misma, esa necesidad intrínseca de contarle al mundo mis experiencias. Es que a veces nos toca sanar a nosotros para que ese caos que un día nos sacudió llene de esperanza a alguien más. Esta es mi historia, las veces que he reído lo he hecho de verdad, las veces que he estado en silencio es porque he necesitado estarlo, las veces que me he alejado es porque ha sido necesario. Mi esencia no tiene máscaras, solo experiencias no contadas. Porque mis silencios se han aprendido a respetar. Por eso siempre digo gracias, gracias por dejarme ser.

 

 Hoy me aferro al amor de DIOS, porque donde hay temor no hay amor.

 

 

 

No hay comentarios:

Publicar un comentario